ISAIAS 45:1-4
Contexto
El pueblo judío experimentó dos grandes exilios. El primero fue el exilio Asirio (que comenzó en el año 722 a. C.), en el que Asiria obligó a las diez tribus del norte a exiliarse en Asiria. A estas diez tribus se las llama a veces las tribus perdidas, porque se asimilaron y nunca regresaron a su patria de manera organizada. El segundo exilio, que proporciona el contexto para este pasaje bíblico, fue el exilio babilónico, que comenzó en el año 587 a. C., cuando Babilonia destruyó Jerusalén y obligó al pueblo judío a exiliarse en Babilonia.
TODO PUEDE PARECER PERDIDO/EVERYTHING MAY SEEM LOST
El exilio había durado setenta años (Jere
mías 25:11-12; 29:10; Daniel 9:2; Zacarías 1:12; 7:5). Fueron años dolorosos para los israelitas, pues su ciudad había sido destruida y ellos se encontraban cautivos en tierra extranjera.
Jeremías 25:11-12
Jeremiah 25:11-12
21st Century King James Version
11 And this whole land shall be a desolation and an astonishment, and these nations shall serve the king of Babylon seventy years.12 And it shall come to pass, when seventy years are accomplished, that I will punish the king of Babylon and that nation,” saith the Lord, “for their iniquity, and the land of the Chaldeans, and will make it perpetual desolations.
11 Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años. 12 Y cuando sean cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre.
DIOS ESCOGE LOS GOBERNATES/ GOD CHOOSES THE RULERS
Lo notable es que Ciro no era israelita ni adorador de Dios, sino un rey pagano. A pesar de esto, Dios lo llama “su ungido” (ungido significa “escogido” o “consagrado”) y lo utiliza como instrumento para cumplir su propósito y liberar a su pueblo.
Yo digo de Ciro: “Él es mi pastor; él cumplirá todos mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida y que se pongan los cimientos del Templo”».
Esta profecía respecto a Ciro es sobresaliente por el hecho de que le menciona por nombre, y eso entre 150 y 200 años antes de que naciese. También es asombroso que Dios le llama «mi pastor». De nuevo se habla de Ciro como aquel que Dios usará para librar a su pueblo de Babilonia y autorizar la reconstrucción del templo. Josefo, el historiador judío, escribió: «Ciro sabía esto (hablando de la reconstrucción del Templo) por la lectura de las profecías de Isaías dadas 210 años antes. Se quedó maravillado ante el poder divino y se sintió controlado por un deseo de cumplir lo que estaba escrito» Comentario William McDonald